La Organización Internacional del Trabajo (OIT) menciona que una mala alimentación reduce hasta un 20% la productividad en las organizaciones.
Una alimentación correcta favorece el RENDIMIENTO óptimo de los EMPLEADOS en todos los casos, incluyendo ciertas situaciones como los viajes empresariales o el trabajo nocturno que requieren mantener constantes los niveles de energía.
Promover hábitos alimenticios saludables en la empresa es algo bueno tanto para el trabajador (salud, rendimiento) como para la empresa (mayor productividad, menor ausentismo).
¿Has escuchado las frases desayuno cómo rey, como cómo príncipe y ceno cómo mendigo?
El motivo es porque un buen desayuno depende de nuestra energía en el transcurso del día, esa productividad cabizbaja se debe a que la mayor parte de los trabajadores no tienen ese tiempo suficiente de ingerir un buen desayuno y sólo se ocasionan un periodo postprandial somnoliento con menor rendimiento físico y mental.
¡Ya sabes que hacer para hacer crecer una buena actitud laboral!
Realizar campañas de higiene y seguridad alimentaria es un reto para el área de comunicación interna para generar ambiente POSITIVO y PRODUCTIVO para la empresa.
Ya que una alimentación empobrecida nutricionalmente afecta la salud, provoca la falta de energía, de fuerza, de coordinación, y reduce la capacidad de aprendizaje. Esto AFECTA la PRODUCTIVIDAD y la COMPETITIVIDAD de los colaboradores, aumentan los costos de la empresa, disminuye las inversiones y el crecimiento económico; provocando la reducción de salarios y desgastando la calidad social de un país.
No es cuestión de llevar una dieta estricta pues lo único que se obtiene de ella es la eliminación de bajo rendimiento laboral y deficiencia en la salud. Sólo come saludable y veras que empezaras a combatir el estrés laboral y protegerte de trastornos menores como resfriado o algunos desordenes gástricos como la gastritis y la cólitis.